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Ella baila increíblemente. Baila con todo su cuerpo. Con toda su piel. Es una mujer menuda que se hace gigante cuando se calza los tacones y se sube a un escenario. Verla moverse hace que parezca fácil bailar. Y ese poder lo tienen pocas personas.
Desde su escuela ha sido capaz de inyectar esa ilusión a cientos de alumnas y alumnos, enseñándoles con generosidad infinita y su eterna sonrisa, el amor por el flamenco y la posibilidad de aprender a expresarlo con su cuerpo.
Cuando bailó para mí, me regaló por unas horas el sueño de imaginar que también yo podría hacerlo.
Es mujer. Baila. Crea.
Grela Bravo
Mujeres que crean
